El repaso previo a la entrada en el aula para realizar los ejercicios puede causar el efecto contrario al buscado,
disparar los nervios e intensificar la fatiga. Además, ese repaso puede
ser inútil porque si la materia está aprendida es un esfuerzo
innecesario, y si se desconoce algún punto, no se va a lograr aprender
nada nuevo. Sin embargo, si los temas están incorrecta o
insuficientemente comprendidos, se acumula información de forma
desorganizada, lo que conlleva más más confusión. En este contexto se
emnarca la costumbre de hablar del examen antes de empezarlo. Es una
costumbre poco recomendable por los motivos ya mencionados.
Por el contrario, a la hora de afrontar la pruebas deben
tenerse en cuenta unos principios de actuación, unos consejos
imprescindibles para caminar hacia el éxito:
Ser puntual.
Hay que llegar temprano al examen para evitar nervios de última hora y
hacerlo calmados y atentos. Normalmente la convocatoria de las pruebas
de selectividad se realiza media hora antes de que dé comienzo el examen
para poder distribuir a los alumnos y repartir los ejercicios. Si el
estudiante llega antes de que finalice ese tiempo, no suele tener
problema para entrar a la prueba, sin embargo, si el retraso es superior
a esa media hora, deberá presentar un justificante sobre lo ocurrido.
Para evitar un trance de esta naturaleza, es aconsejable realizar al
menos una vez el recorrido desde el domicilio hasta el lugar del examen
unos días antes, utilizando los mismos medios de transporte que se vayan
a usar el día de la prueba, de este modo, se podrá calcular de forma
más certera la hora a la que hay que salir de casa para ser puntual.
Asimismo, para evitar confusiones de última hora, el estudiante puede
consultar previamente en los tablones de los centros donde se vaya a
examinar (o en sus páginas web si es posible) el edificio y el aula
donde le ha tocado realizar la prueba y verificar su ubicación con una
visita previa.
No olvidar la documentación.
Para poder examinarse, es es imprescindible presentar un documento de
identificación (DNI, pasaporte o carné de conducir) y el justificante de
haber abonado las tasas de las pruebas de acceso; sin alguno de ellos
no se puede hacer la prueba.
Llevar el material necesario.
Es recomendable llevar dos o más bolígrafos de tinta azul o negra, y
calculadora, material de dibujo o diccionarios en caso de que se
requieran y se autoricen. Hay que recordar que las calculadoras que se
permiten no pueden ser programables.
Leer y entender correctamente las instrucciones previas e las instrucciones previas.
Conocer el sistema de puntuación de la prueba y el valor positivo de cada respuesta, así como si las incorrectas nos restan puntos.
Planear la distribución del tiempo durante el examen y dejar algunos minutos para repasarlo.
Con la Selectividad, habrá dos partes. Una obligatoria, con la que se puede aprobar, y otra voluntaria para subir nota.
La parte obligatoria de Selectividad tendrá dos
ejercicios menos que antes. Ahora serán: Lengua y Literatura; idioma
extranjero; una materia de modalidad que elija el alumno, y un examen de
Historia de España o de Historia de la filosofía. Estos exámenes
constituyen el 40% de la nota final y el 60% restante procede de la
media del expediente académico. La puntuación máxima posible es un 10.
Si el alumno quiere estudiar una carrera muy demandada
para la que se exige una alta calificación, podrá hacer hasta otros
cuatro exámenes de cualquier asignatura de modalidad elegida en el
Bachillerato. Contarán las dos mejores notas siempre que la materia
objeto de examen esté vinculada a la carrera elegida. La máxima
puntuación será de dos puntos por materia. Es decir que un estudiante
pude obtener en el mejor de los casos un 14, en lugar de un 10.
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