martes, 7 de mayo de 2013

Estrategias para aprovechar al máximo las horas de estudio y para superar una de las peores pesadillas de los estudiantes, quedarse en blanco

1. Asimila el material antes de memorizarlo. La primera norma para obtener aprendizajes sólidos es entender lo que se está estudiando. Leer detenidamente, subrayar, preparar esquemas y consultar tus dudas en clase ayudan a conseguir esa comprensión.
2. Dispón de los conocimientos previos adecuados. El aprendizaje es una escalera que conviene subir poco a poco, si nos saltamos peldaños no conseguiremos asimilar los nuevos conocimientos. Por tanto, siempre hay que partir de lo que uno ya sabe.
3. Organiza el material. De nada sirve aprender datos sin un orden, es necesario que formen parte de un todo para poder retenerlos durante más tiempo. Por eso es muy conveniente hacer esquemas y resúmenes, que ayudan a construir una historia.
4. Usa multicanales en la memorización. Es más facil recordar algo que se asocia a varios recuerdos, uno visual y otro auditivo, por ejemplo. Un esquema acompañado de su lectura en voz alta es aún más eficaz.
5. Evita las interferencias. Concéntrate en el estudio. Aléjate del ruido, despeja la mesa de distracciones, apaga el móvil, realiza descansos e intercala asignaturas, todo ello contribuirá a que aproveches mejor el tiempo que dedicas al estudio.
6. Realiza aprendizajes funcionales. Practica lo estudiado y profundiza en los conocimientos. Aquello que nos interesa —como la música— o que nos resulta útil —como saber multiplicar— acaba por fijarse en nuestra memoria. Busca aplicaciones prácticas y no te quedes en la teoría.
7. Busca la similitud entre el contexto de grabación y el de recuerdo. Intenta que predomine una situación de normalidad. No cambies de sitio justo el día del examen, piensa en cómo estabas de tranquilo mientras estudiabas, infórmate sobre las preferencias o manías del profesor, todos esos datos te evitará «sorpresas» de última hora.
8. Aplica técnicas mnemotécnicas. Todo aquello que te ayude a recordar es válido. Agudiza tu ingenio. Puede que para memorizar una lista de nombres necesites compararlos con la alineación de tu equipo de fútbol o ponerles música.
9. ¡Repasa!. El repaso es fundamental para cualquier estudiante, pero es mucho más eficaz si se basa en una buena planificación. No se trata de repetir siete veces el mismo tema sino de hacerlo en el momento apropiado (tienes más información en el libro que ya hemos citado antes).
10. Prepara un simulacro. Escucharse a uno mismo o preparar una redacción orienta sobre los fallos y/o las lagunas pendientes y ayuda a ordenar los conocimientos. Si tienes un buen compañero que se ajuste a tus ritmos de estudio puede resultaros muy útil examinaros mutuamente.

Recomendaciones previas a Selectividad.

El éxito en este examen que abre las puertas de la Universidad depende de la preparación, pero también cuenta, y mucho, la madurez para afrontar los estudios superiores. Un signo de madurez es controlar las circunstancias y los imprevistos que rodean las pruebas. Es necesario, por tanto, controlar la tensión emocional que genera pensar en el examen y tratar de ahuyentar los pensamientos negativos sobre el resultado de la prueba y concentrarse en que lo importante es el esfuerzo realizado para preparar el examen.
El repaso previo a la entrada en el aula para realizar los ejercicios puede causar el efecto contrario al buscado, disparar los nervios e intensificar la fatiga. Además, ese repaso puede ser inútil porque si la materia está aprendida es un esfuerzo innecesario, y si se desconoce algún punto, no se va a lograr aprender nada nuevo. Sin embargo, si los temas están incorrecta o insuficientemente comprendidos, se acumula información de forma desorganizada, lo que conlleva más más confusión. En este contexto se emnarca la costumbre de hablar del examen antes de empezarlo. Es una costumbre poco recomendable por los motivos ya mencionados.
Por el contrario, a la hora de afrontar la pruebas deben tenerse en cuenta unos principios de actuación, unos consejos imprescindibles para caminar hacia el éxito:
Ser puntual. Hay que llegar temprano al examen para evitar nervios de última hora y hacerlo calmados y atentos. Normalmente la convocatoria de las pruebas de selectividad se realiza media hora antes de que dé comienzo el examen para poder distribuir a los alumnos y repartir los ejercicios. Si el estudiante llega antes de que finalice ese tiempo, no suele tener problema para entrar a la prueba, sin embargo, si el retraso es superior a esa media hora, deberá presentar un justificante sobre lo ocurrido. Para evitar un trance de esta naturaleza, es aconsejable realizar al menos una vez el recorrido desde el domicilio hasta el lugar del examen unos días antes, utilizando los mismos medios de transporte que se vayan a usar el día de la prueba, de este modo, se podrá calcular de forma más certera la hora a la que hay que salir de casa para ser puntual. Asimismo, para evitar confusiones de última hora, el estudiante puede consultar previamente en los tablones de los centros donde se vaya a examinar (o en sus páginas web si es posible) el edificio y el aula donde le ha tocado realizar la prueba y verificar su ubicación con una visita previa.
No olvidar la documentación. Para poder examinarse, es es imprescindible presentar un documento de identificación (DNI, pasaporte o carné de conducir) y el justificante de haber abonado las tasas de las pruebas de acceso; sin alguno de ellos no se puede hacer la prueba.
Llevar el material necesario. Es recomendable llevar dos o más bolígrafos de tinta azul o negra, y calculadora, material de dibujo o diccionarios en caso de que se requieran y se autoricen. Hay que recordar que las calculadoras que se permiten no pueden ser programables.
Leer y entender correctamente las instrucciones previas e las instrucciones previas.
Conocer el sistema de puntuación de la prueba y el valor positivo de cada respuesta, así como si las incorrectas nos restan puntos.
Planear la distribución del tiempo durante el examen y dejar algunos minutos para repasarlo.
Con la Selectividad, habrá dos partes. Una obligatoria, con la que se puede aprobar, y otra voluntaria para subir nota.
La parte obligatoria de Selectividad tendrá dos ejercicios menos que antes. Ahora serán: Lengua y Literatura; idioma extranjero; una materia de modalidad que elija el alumno, y un examen de Historia de España o de Historia de la filosofía. Estos exámenes constituyen el 40% de la nota final y el 60% restante procede de la media del expediente académico. La puntuación máxima posible es un 10.
Si el alumno quiere estudiar una carrera muy demandada para la que se exige una alta calificación, podrá hacer hasta otros cuatro exámenes de cualquier asignatura de modalidad elegida en el Bachillerato. Contarán las dos mejores notas siempre que la materia objeto de examen esté vinculada a la carrera elegida. La máxima puntuación será de dos puntos por materia. Es decir que un estudiante pude obtener en el mejor de los casos un 14, en lugar de un 10.