1. Asimila el material antes de memorizarlo.
La primera norma para obtener aprendizajes sólidos es entender lo que
se está estudiando. Leer detenidamente, subrayar, preparar esquemas y
consultar tus dudas en clase ayudan a conseguir esa comprensión.
2. Dispón de los conocimientos previos adecuados.
El aprendizaje es una escalera que conviene subir poco a poco, si nos
saltamos peldaños no conseguiremos asimilar los nuevos conocimientos.
Por tanto, siempre hay que partir de lo que uno ya sabe.
3. Organiza el material.
De nada sirve aprender datos sin un orden, es necesario que formen
parte de un todo para poder retenerlos durante más tiempo. Por eso es
muy conveniente hacer esquemas y resúmenes, que ayudan a construir una
historia.
4. Usa multicanales en la memorización.
Es más facil recordar algo que se asocia a varios recuerdos, uno visual
y otro auditivo, por ejemplo. Un esquema acompañado de su lectura en
voz alta es aún más eficaz.
5. Evita las interferencias.
Concéntrate en el estudio. Aléjate del ruido, despeja la mesa de
distracciones, apaga el móvil, realiza descansos e intercala
asignaturas, todo ello contribuirá a que aproveches mejor el tiempo que
dedicas al estudio.
6. Realiza aprendizajes funcionales.
Practica lo estudiado y profundiza en los conocimientos. Aquello que
nos interesa —como la música— o que nos resulta útil —como saber
multiplicar— acaba por fijarse en nuestra memoria. Busca aplicaciones
prácticas y no te quedes en la teoría.
7. Busca la similitud entre el contexto de grabación y el de recuerdo.
Intenta que predomine una situación de normalidad. No cambies de sitio
justo el día del examen, piensa en cómo estabas de tranquilo mientras
estudiabas, infórmate sobre las preferencias o manías del profesor,
todos esos datos te evitará «sorpresas» de última hora.
8. Aplica técnicas mnemotécnicas. Todo
aquello que te ayude a recordar es válido. Agudiza tu ingenio. Puede
que para memorizar una lista de nombres necesites compararlos con la
alineación de tu equipo de fútbol o ponerles música.
9. ¡Repasa!.
El repaso es fundamental para cualquier estudiante, pero es mucho más
eficaz si se basa en una buena planificación. No se trata de repetir
siete veces el mismo tema sino de hacerlo en el momento apropiado
(tienes más información en el libro que ya hemos citado antes).
10. Prepara un simulacro.
Escucharse a uno mismo o preparar una redacción orienta sobre los
fallos y/o las lagunas pendientes y ayuda a ordenar los conocimientos.
Si tienes un buen compañero que se ajuste a tus ritmos de estudio puede
resultaros muy útil examinaros mutuamente.